Os cuento… Ese arte de tejer con un gancho, llamado ganchillo o crochet (el mismo que usaban nuestras yayas), no se puede hacer a máquina. No hay ninguna máquina que replique nuestras puntadas.
Si alguna vez os habéis topado con un bolso de crochet baratísimo, lo primero que se os debe venir a la cabeza es: ¿qué hay detrás de este precio tan bajo? No hay magia. Hay explotación laboral.
Esto lo aprendí cuando comencé con Papallona, mi pequeña marca de bolsos hechos a mano con crochet.
¿Por qué las máquinas no pueden replicar el crochet a mano?
El crochet no es solo una técnica de tejido. Es un arte. Y para hacerlo bien, necesitas un gancho y moverlo en 3D a través del hilo, en distintos ángulos. La magia está en las manos, en cómo adaptas cada puntada, en cómo decides ajustar el diseño o unir los hilos de la forma más creativa.
Las máquinas, por muy rápidas que sean, solo pueden tejer de forma repetitiva. Siguen patrones preestablecidos y no tienen la flexibilidad de un ser humano que puede ajustar cada puntada para crear algo único. Si de verdad quieres algo hecho con amor y dedicación, no hay máquina que lo replique.
¿Por qué el precio bajo es una señal de alarma en un bolso de crochet?
Aquí va la cruda realidad: cuando ves un bolso de crochet por 5 o 10 euros, no es que el crochet sea barato. Lo que pasa es que ese precio tan bajo viene con un costo humano altísimo. Y no me refiero al coste de los materiales, sino al precio que alguien está pagando por su trabajo: producción masiva, bajos salarios, condiciones de trabajo deplorables.
Así que, sí, esos precios tan bajos a veces significan que el trabajo no se ha valorado adecuadamente. Alguien está perdiendo mucho por un bolso que se vende como si fuera una pieza de crochet barata, cuando en realidad, el valor real de ese trabajo está siendo explotado.
¿Los bolsos a crochet son caros?
En Papallona, cada bolso que hago lleva horas de trabajo. Y no solo eso, sino que le pongo todo mi corazón (y me dejo las manos) en cada puntada. Si tuviera que cobrar por las horas que paso creando cada bolso, tendría que subir muchísimo los precios. Pero lo que quiero es que la gente valore el trabajo justo y ético.
El crochet hecho a mano tiene un precio porque es único. Cada bolso que hago tiene algo especial, algo que no podrías encontrar en la producción masiva. Si pagas esos 30, 40 o 50 euros, estás pagando por un trabajo justo y hecho con alma.
Yo te invito a que seas consciente, apuestes por lo auténtico, lo hecho a mano y lo que realmente te da calidad. Apoyemos a las pequeñas marcas que lo hacemos con todo el corazón, y no a la producción masiva.
Si decides apoyar mi trabajo, no solo estás obteniendo un bolso único, estás apostando por un trabajo ético, justo y con corazón.